BUENOS DIAS

Te despiertas por la mañana a causa del zumbido persistente del peor elemento de tortura ideado por el hombre en su etapa moderna, sacando fuerzas de donde no las hay, intentas sentarte en el borde de la cama y, palpando con el pie aún entumecido, tratas de dar con el par de zapatillas que pusiste ahí pero que, inexplicablemente, están refugiadas bajo la cama.

La sola idea de tener que arrodillarse sobre el frió suelo bastaría para volver con Morfeo y sus calidas fantasías, pero, contra todo pronostico te arrodillas en busca de las fugitivas, te calzas e intentas incorporarte de una forma digna.

Golpeándote contra las paredes intentando hacer algo parecido a andar, te diriges a la cocina para preparar un café. Colocas el filtro y llenas de agua el depósito mientras, de reojo, intentas localizar el paquete de tabaco que dejaste ayer presuntamente sobre la mesa del salón.

Mientras enciendes un cigarro, la cafetera balbucea, te sientas en el sofá buscando algo de piedad cristina y la encuentras, pero dura lo que tarda en consumirse el cigarrillo.

Te diriges hacia la ducha, preparas tu ropa con la única esperanza que una buena dosis de agua templada devuelva tu cerebro a la consciencia y vaya si lo hace, el primer pensamiento que logra descifrar tu cortex te dice que tu vida es una mierda y que, por tan solo un segundo, desearías ser uno de esos hippies sesenteros con la única obligación de poner a sus hijos nombres como almendra o pistacho, en el caso que fuera barón.

Una vez vestido, un buen trago de café recién hecho galopa gaznate abajo con la misión de eliminar cualquier rastro de vida contemplativa y, en su lugar, colocarte de una patada sobre el mundo real.

Buenos días!!, dice el de la radio……