Gracias por estar ahi abajo animando..., dijo el amor antes de abandonar el show.

Ultimamente, he sido escogido...mejor dicho, he tenido el dudoso honor de mutar en un "catalanus lagrimus pañus". Tambien conocido como el paño de lagrimas de la auela Jacinta, la del pueblo, esa que aun conserva la sobrevalorada, a la par que estupida, costumbre de dipositar sin ningun tpo de miramiento ni sutileza el pañuelo de papel en el escote mientras discute con otros/as especimenes los avatares del Dolce Vitta.

No se si nunca habeis experimentado en vuestras carnes la rotura de una pareja formada por un par de amiguetes de toda la vida, en fin, pues no hace falta decir que es desagradable, caotico y anarquico pero, entre los resquicios de las despotricaciones de ida y vuelta, siempre hay un minisculo espacio para sentarse en la comodisima silla del mirador del desamor y, mientras el camarero te prepara un maravilloso gin tonic, un servidor se dedica a echarse unas risas mientras que, con pulso firme, firmO el ingreso al gremio de los mirones profesionales.

En fin, en estos casos, los implicados solo pueden aspirar a que todo pase rapido sin que sus lineas se vean extremadamente diezmadas. Los que estamos alrededor pasamos con una importante dosis de miedo cablagando por nuestras venas, de reojo miramos y esperamos que nuestro fortin no sea blanco accidental de un zarpazo concevido por el odio y la rabia.