Cuando uno es joven y descaradamente estupido, busca la felicidad tras las grandes historias, tras la estela de los grandes escenarios.
No me hizo falta mucho tiempo para darme cuenta que ahí, no habia nada. Lejos de tejer una autocrítica con cara y ojos, me aferré incondicionalmente a la busqueda de la felicidad. Dediqué sudor, lagrimas, sangre y al final, idealizandolá, la corrompi. Le arranque cualquier vestiguio de humanidad y la reduci, de forma inevitable, a una pieza de museo inalcanzable.
Cono los alquimistas en epocas reomotas, queme horas en los sotanos de mi alma investigando y experimentando. Trate con comerciantes de embuestes y mercaderes de humo hasta levantar un mamotretico imperio con piel de neon que, durante las 24 horas del dia, anunciaba incansasblemente la felicidad eterna.
La felicidad eterna. Es un concepto extraño que, cuando lo mire detenidamente, se convirtió en un pozo de 10 años de profundidad. Un pozo negro, hueco, exento de vida y latido. Un espació en blanco donde no habia nada y, la nada, fue mi compañera de viaje.
No se si fue obra de Dios. Del destino o de mi buena suerte. Lo cierto es que me arrancarón, me extirparón y me lanzarón al espacio exterior.
Hoy es martes 17 de Abril, son las 7:30 de la mañana y, el despertador brama reclamando su momento de gloria. Me lavanto y, tras la obligada visita al servicio, me dirijo raudo a la cocina para elaborar el cafe matutino. Junto a la cafetera, una nota roja. Entre sus lineas, una ninfa rubia de ojos verdes, me desea un feliz dia, todo ello envuelto por un corazón gigante.
La felicidad eterna...., ya no es un concepto tan extraño.
Reproductor: Ravel - Bolero
sábado, abril 21, 2012
La felicidad eterna
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