...Es una maquina de descensos en picado, de lineas de movimiento discontinuas a través de la dulce neblina de cloro del atardecer. Uno puede contemplar desde la terraza como golpean la superficie fría y azul del tanque. Cada zambullida crea un penacho blanco que se eleva, y se desploma sobre si mismo, se extiende y se deshace en forma de espuma. Luego aparece un azul puro en medio de la mancha blanca y crece como un pudin, hasta limpiarlo todo de nuevo. El tanque se cura a si mismo. Tres veces mientras tu recorres el camino.
Estas en la cola. Mira a tu alrededor. Tienes que parecer aburrido. En la cola casi nadie habla. Todos parecen ensimismados. La mayoría miran la escalera y parecen aburridos. Casi todos tenéis los brazos cruzados y estáis congelados por un viento vespertino que se esta levantando y golpea las constelaciones de partículas de cloro azul puro que cubren vuestras espaldas y vuestros hombros. Parece imposible que todo el mundo pueda estar tan aburrido.
A tu lado tienes el extremo de la sombra de la torre, la lengua negra inclinada que es el reflejo del trampolin. La sombra es un sistema enorme, largo, escorado a un lado y unido a a la base de la torre formando un ángulo oblicuo y agudo
Casi todos los que están en la cola del trampolin miran la escalera. Los chicos mayores miran el trasero a las chicas mayores que suben. Los traseros están enfundados en una tela suave y fina, en nilón ajustado y elástico. los buenos traseros ascienden por la escalera como péndulos sumergidos en liquido, siguiendo un código lento e indescifrable...
Extraído de: Entrevistas breves con hombres repulsivos - David Foster Wallace (ed: DEBOLS!LLO)
martes, mayo 24, 2011
pag. 21
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