sábado, octubre 30, 2010

El día de mañana...

Si un día merece ser recordado, si una fecha merece ser gravada a fuego sobre la piel de las retinas de todos y cada uno de los mortales, ...será el día de mañana.


Será el día en que, la masa inerte y deforme que deanvula sin rumbo sobre los caminos que surcan la coraza de la tierra, se alzará en armas sobre la multitud para reclamar su libertad.

Será el día en que millones y millones de voces anonimas, voces diminutas, voces ahogadas por el miedo, aullen al unisono sobre las faldas de la Luna reclamando justicia.

Será el día en que millones y millones de miradas ensangrentadas, miradas cautivas y huecas, fijen sus demacradas pupilas sobre las colinas que hay mas allá de las alambradas.

Los dados giran, ruedan, se retuercen sobre la verde espesura y ahora, lejos del cobijo antinatural que propina la suerte, mis ojos al fin abiertos, se atornillan sobre los tuyos. Ahora te he visto y, solo ahora, la muerte entra en juego.

Da el aviso a tus secuaces de corazón de metal, diles que cuelguen crespones negros en las balconadas de tu reino. Avisa a el viento que, a partir del dia de mañana, las banderas ondearan a media hasta. Que uno de tus emisarios avise a Caronte, que aún no zarpe, aún no debe surcar el oscuro velo de Aquerón y tú, procurate un par de óbolos.

Las cicatrices de mi armadura, hablan por mi. No me detendré hasta llenar de luto tu reino. No me detendré hasta que de rodillas, pidas clemencia. No me detendré hasta que el verdugo, muestre tu cabeza decapitada a la multitud y, el clamor del pueblo, haga temblar los muros de la Bastilla.


Reproductor: Fryderyk Franciszek Chopin - Piano Sonata Op.35 No.2. 
Played by: Benedetti Michelangeli. 

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