miércoles, octubre 21, 2009

M y el don de la perfección

M se llamaba. Y M se llama. Era menuda, pizpireta y eléctrica. Tenia unos rasgos suaves y una cara bonita salpicada por unas graciosas pequitas. Gozaba del dudoso honor de pertenecer a "las popularitas" yo, en cambio, pase por aquellas aulas con mas pena que gloria.

La recuerdo alzando velozmente la mano ante cualquier pregunta que dejaba caer la profesora, dejando entrever, una competitividad insana. Recuerdo sus monólogos y apasionados discursos sobre política y religión. Y recuerdo, su inherente capacidad, de crear polémica con enunciados tajantes y frases lapidarias cercanas al dogmatismo mas conservador.

Con las primeras elecciones a delegado/a de clase, M correteaba entre los pupitres, prometiendo varias tonterías y gilipolleces con tal de conseguir el mayor numero de votos posible..., desde aquel instante, perdí la fe en aquel sueño llamado democracia. Desde entonces, reniego mi derecho al voto mientras mis huesos, descansan entre las hordas apolíticas.

Estoy completamente seguro que, los mejores momentos de M (o al menos para el publico masculino), eran las clases de Educación Física. Orquestradas por un ex-marine con mas músculos que cerebro, poco pelo y mucha mala leche que, a golpe de silbato disciplinario, nos hacia hacer el imbécil con juegos de ajuste corporal, ejercicios de discriminación visual y tablas de organización espacial. Un perfecto escenario para que, los pechos de M, se convirtieran en improvisados puntos de mira. En pro de la geometría y, bajo la atenta mirada de la simetría, la gravedad perdía su poder ante tal fabulosa obra de arte. Esculpidos sobre la turgencia extrema, la madre naturaleza concedió a M, el don de la perfección.


Reproductor: Los Suaves - Palabras Para Julía.
- Alumbrada por José Agustín Goytisolo, musicalizada por Paco Ibañez y relanzada por Los Suaves

1 comentario:

Anónimo dijo...

Precioso recuerdo y preciosa canción.

Otra M.