miércoles, diciembre 31, 2008

Mi primo, el de Torre Baró, y el golpe de estado.

- ¿Y no has pensado en ponerle al carro dos pares de esas llantas de aleación alumínica? me pregunto mi primo en la comida de Navidad.

Un sencillo, tajante y directo NO, no fue suficiente y siguió sin titubear con su discurso ensalzandome las maravillas del tunning.

- No se que volante de "competi".
- No se que alerón de fibra de carbono.
- Algo sobre unos pedales de titanio.
- No se que vinilos para la carrocería...

En ese preciso instante, mi cerebro sufrió la primera combulsion.
Al poco rato, mi masa encefálica que, 45 minutos antes gozaba de una bucólica paz entre mis parietales, entró en fase catatónica.

El gobierno electo, fue decretado incapaz de controlar la situación. El presidente en funciones, firmo la invocación de los poderes bélicos y se instauró la Ley Marcial en mi cerebro.

Un centenar de glóbulos blancos con cara de mala hostia, se encargaron de hacer cumplir el protocolo de emergencia a base de toques de queda y arrestos domiciliarios pasándose por el forro uno a uno cada párrafo y versículo de la Constitución

Se levantaron campos de prisioneros y salas de interrogatorios donde, a base de descargas eléctricas, privacion de sueño y varias perlas sociabilidadoras heredadas del nacismo, se interrogaba a cualquier globulillo, plaqueta o bacteria en busca de respuestas.

Estábamos en alerta y mi cerebro, era gobernado por un puñado de cerdos uniformados fascistas de gatillo fácil con unas ganas locas de apretar el boton rojo.

La consecuencia mas directa, fue convertirme en un ser efímero, cuya única capacidad, a parte de la de babear, era la de mover la cabeza en signo de afirmacion y responder a cualquier gilipollez con monosílabos.

.....Putas Navidades....Hou! Hou!

No hay comentarios: