viernes, octubre 10, 2008

Snemeis

Cinco plantas de infame mamotreto arquitectónico relleno de hormigón, hierro y soberbia. Hace décadas, ocupo el primer puesto en la carrera industrial convirtiéndose en el estandarte de un ideal importado desde el mismo corazón de la vieja Europa.

Con el paso del tiempo, las fuerzas lo fueron abandonando. Su anciano corazón se harto de latir, su coraza se fue resquebrajando dejando al descubierto una piel arrugada y cansada.

Víctima de su propia codicia, pudo contemplar como el suelo se diluyo bajo sus pies, su aliento se quedo enfrascado en su esófago mientras la ley de la gravedad le propinaba un justo castigo.

Cayó y atravesó varios infiernos, se perdió en un mar de oscuridad y, lejos de abrazar la humildad, continua alimentándose de toneladas de ecos procedentes de otras épocas tan gloriosas como pasadas e inertes.

Sumido en el tedio, aguarda su turno para emprender el ultimo viaje, esta vez junto a Caronte.

1 comentario:

Fran dijo...

No lo habría dicho mejor en tan pocas palabras.