Las ataduras cibernéticas que unen la mas que sobrevalorada aldea global, empiezan a transmitir mensajes con cierta coherencia y, desde el este, podemos notar la suave brisa producto del movimiento lento y torpe de las tres piedras responsables de nuestra suerte.
Tras diez años, la ruleta ha querido que fueran mis ojos los que contemplasen esa mutación alquímica, ese cambio de estado desde un granito indomable e incuestionable, a una materia todavía desconocida, pero ligeramente mas maleable. Un pequeño cambio, una diminuta fisura en el corazón del muro, imperceptible para muchos, pero ligeramente esperanzadora para los que compartimos destino en lo mas profundo de las trincheras.
Siendo tremendamente sincero, he de reconocer que me cuesta muy poco abrir las compuertas de la ilusión y dejar escapar un grito de esperanza. Y, siendo tremendamente realista, debo reconocer que, lo que hoy dislumbramos entre las sombras, seguramente permanecerá entre las sombras.
viernes, mayo 23, 2008
Las piedras se mueven
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