Lo que empezó siendo un rumor, volátil como la neblina que precede al rocío, etéreo y fugaz como un destello en el mismísimo corazón del cielo, finalmente, toma forma y se ha convertido en una gigantesca columna de humo negro y denso que, paulatinamente, conquista el horizonte reduciendo la realidad a una descorazonadora serie de instantáneas forjadas sobre espejismos carentes de sentido y lógica.
sábado, marzo 29, 2008
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