Soy un confeso amamente aferrimo de la musica, he llorado por ella, he reido, me he emocionado y hasta he llegado a odiar en su nombre.
Bajo su palio todo es posible, sentenciaba un alcoholizado Keith Richards y no sabia cuanta razon tenia. La musica, tiene una innata y eterna virtud inapelable, es capaz de condensar toda una vida en a penas 3 minutos dandole sentido a todo bajo una lluvia de inmortales acordes.
Sin ir mas lejos, este blog fue bautizado con el sagrado nombre de Hijos De Kain, cancion maravillosa de una de las mejores bandas de Rock And Roll español, Baron Rojo.
Esta noche, cenando con unos amigos, decidimos ahogar nuestras penas a base de dosis de tequila todo ello mezclado con substancias psicotropicas de dudosa procedencia y legalidad, se nos ocurrio plantear un dilema de proporciones biblicas. ¿Que cancion, en el caso que pudiesemos elegir, hariamos sonar en nuestro entierro?
La duda, para un fetichista musical como yo, es bastante considerable. Deberia ser una cancion con la cual yo y mi vida se viesen reflejadas a la perfeccion.
Muchos, supongo, elegirian Starway To Heaven se Led Zeppelin, facil eleccion a la par que bastante optimista porque no creo que nadie de los que pisamos este suelo tengamos el billete reservado al paraiso eterno. Otrso, seguramente, optarian por el maravilloso Emilio Aragon y su inconfundible "Cuidado con Paloma que me han dicho que es de goma" y las peropecias del Dr. Pitangui.
Resumiendo, las hay para todos los gustos...., y un servidor..., sinceramente, aun no me he decidido pero lo dejo en el saco roto de tareas pendientes.
martes, agosto 22, 2006
DESPEDIDA Y CIERRE
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